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Si eres un hombre que cruza todo el país para recuperar a su esposa y, al llegar a verla, ella es secuestrada por terroristas europeos en un edificio. ¿Qué harías? Probablemente pensarías que estás en el lugar equivocado en el momento equivocado y luego harías de tripas corazón para hacer una travesía sin zapatos por suelos repletos de vidrios rotos mientras asesinas uno a uno a los terroristas que te alejan de ella. De eso, y mucho más, trata "Die Hard". 

Hoy se cumplen 25 años del estreno de una de las películas más emblemáticas del cine de acción de los años 80. Por eso, esta nota en la que te contamos diez cosas que probablemente no sepas sobre el filme.
1. Comando 
Duro de matar iba a ser la secuela de otro clásico de cine de acción. En las primeras versiones del guión no era John McClane quien salvara a los rehenes del edificio Nakatomi, sino John Matrix. ¿Quién? El personaje deArnold Schwarzenegger en “Comando”. Según esa trama, Matrix iría al rescate de su hija, empleada de una floreciente empresa nipona. No se llegó a un acuerdo y hubo que buscar la forma de retomar la historia. Felizmente fue así.
2. El idioma 
El grupo de terroristas que enfrenta a Bruce Willis habla en alemán, pero su alemán es tan malo que tuvo que ser retraducido al inglés en la adaptación de la película en tierras germanas. Pero eso no es todo: peores son las traducciones del título de la película “Die hard”: en España se llama “La jungla de Cristal”, en Italia se llamó “Trappola di cristallo”, mientras que en Francia, “Piège de cristal” (“Trampa de Cristal” en ambos casos. En Alemania el nombre de la película es Stirb langsam (“Morir lentamente”). El nombre del filme en Serbia y Hungría también es inexplicable: “ “Muere con Valor” y “Dale valor a tu vida”, respectivamente.

3. Los actores 
Cuando Bruce Willis filmó Duro de matar era tan poco conocido que casi no le dan el papel. Luego del rechazo de Schwarzenegger, McTiernan pensó en otros tipos rudos y no tan rudos, pero con bastante rodaje: Sylvester Stallone, Burt Reynolds, Nike Nolte, Robert De Niro, Charles Bronson, Richard Gere, Don Johnson, Tom Berenger, Harrison Ford, Mel Gibson y hasta Richard Dean Anderson (en ese entonces conocido por MacGyver), fueron pensados para el rol de John McClane. Al final, el papel recayó sobre Willis, a quien le tenían poca fe: el actor venía de trabajar en comedias en TV como “Luz de luna” y en el cine había hecho “Cita a ciegas” antes de caer en el descrédito con “Asesinato en Beverly Hills”. Lo querían tan poco que ni siquiera aparecía en los primeros afiches promocionales, donde solo se veía el edificio Nakatomi. Recién lo añadieron cuando se volvió un éxito de taquilla.
4. El tipo duro  
Bruce Willis, hasta “Duro de matar” no tenía pinta de tipo duro. Sin embargo, hay una cicatriz en el hombro derecho de John McClane que no deja lugar a dudas de su fortaleza. Esta no fue producto de un cuidadoso maquillaje para aportar a la construcción del personaje, sino una marca que el propio Willis tenía a los 17 años, cuando se rompió el brazo mientras hacía lucha libre. El joven Willis sufría de una tartamudez tan fuerte que no podía completar una sola frase y lo compensaba haciendo bromas pesadas a toda su clase. Tras años de terapia, fue presidente del club de teatro y del consejo estudiantil, así como un luchador destacado.
5. La caída  
¿Has visto la fenomenal cara de susto de Hans Gruber al caer del edificio Nakatomi? Pues no se debe a las impresionantes cualidades actorales de Alan Rickman, sino a una cuidadosa estrategia del director. Eickman se encontraba colgado de una plataforma a siete metros del suelo a la espera de que John McTiernan cuente hasta tres para soltarlo. Esta película fue el debut en Hollywood de quien años después encarnaría a Severus Snape en Harry Potter, por lo que tenía bastante miedo de los riesgos de hacer escenas sin dobles. McTiernan no llegó a tres: un segundo antes lo soltó y dejó como resultado una gran escena y un colerón de parte del actor.
6. El amor  
Mientras que John McClane es un tipo cuyo matrimonio siempre pende de un hilo, Bruce Willis recordará “Die Hard” porque en la misma época pasó al rubro de los casados: Willis huyó de las agobiantes filmaciones un día rumbo a Las Vegas, donde se casó con Demi Moore en una inusual ceremonia donde Little Richard cantó. Así se inició una de las parejas más mediáticas de Hollywood. Ahora, si hay algo en lo que se parecen John McClane y el actor que lo interpreta, es en que ambos vieron el final de sus matrimonios.
7. La claustrofobia  
El particular temor de John McClane a los espacios cerrados (como los conductos de ventilación del edificio Nakatomi) está explicado en el cómic “Die Hard: Año Uno”, donde se cuentan los primeros años del policía en Nueva York: en un flashback, el joven McClane recuerda que, de niño, se introdujo en los cimientos de una casa justo cuando esta era demolida. Su miedo se vio acentuado cuando caminaba en medio de las estrechas trincheras de Vietnam. Sí, antes de ser policía, el hombre del bividí blanco fue soldado. Eso explica muchas cosas.

8. La camiseta  
Hablando del popular bividí blanco de McClane, ¿te has dado cuenta que este cambia de color? No es solo por la suciedad que uno puede ir acumulando al pasar una noche de balaceras en Nakatomi: la ropa clásica del protagonista a veces es verde militar y otras, beige por un error de continuidad. La que Bruce Willis aún guardaba, un bividí blanco lleno de sangre y mugre fue donada al museo Smithsoniano en 2007 para una muestra donde se exhibió junto a otros iconos de películas como los guantes de Rocky o las zapatillas que llevaba Dorothy en “El mago de Oz”.
9. El himno de la alegría 
El compositor de música del filme, Michael Kamen, consideraba “un sacrilegio” que se use el Cuarto movimiento de la Novena sinfonía de Beethoven en una película de acción. “Puedo hacer carne molida de Wagner o Strauss para ti, pero ¿por qué Beethoven?”, le dijo a McTiernan. La respuesta fue que “El himno de la alegría” fue el tema de “La naranja mecánica”. Kamen, un confeso fan de Kubrick, aceptó de inmediato.
10. La frase  
La escena es así: McClane y Gruber hablan por walkie talkie. El terrorista le dice al héroe que seguramente es uno de esos americanos que se cree John Wayne y el policía de Nueva York responde que su cowboy favorito es Roy Rogers. Suena el timbre que anuncia que los terroristas llegan a cazarlo y Willis se despide diciendo “Yippie Ki-Yay, motherfucker”. Según “urban dictionary”, la frase es una expresión de alegría popular entre los vaqueros del siglo XIX en los EE.UU. que Roy Rogers canta en uno de sus filmes. La frase se volvió tan popular que ha aparecido en las otras cuatro películas de la saga.

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