Las muestras microscópicas (menos de un milímetro de diámetro) fueron recogidas por uno de los autores del trabajo, Nikolái Kovalij en 1978. En ellas fue posible detectar casi una colección completa de los minerales típicos para los meteoritos que contienen diamantes. La investigación fue publicada en la revista Planetary and Space Science.
El 30 de junio del año 1908, en la atmósfera terrestre sobre Siberia, explotó un objeto misterioso, que a posteriori ha sido llamado el “meteorito de Tunguska”.