España, pionera en la defensa de modelos saludables, presenta una maniquí extremadamente delgada en Bruselas La modelo que cerró el desfile de Marca España estaba tan delgada que provocó gestos de desagrado
España saltó a los medios de comunicación en el 2006 por convertirse en el primerpaís que establecía a las modelos unas medidas corporales mínimas para desfilar. En
concreto, fue en la Pasarela Cibeles (Madrid) y el objetivo era exponer un modelo de
belleza, a través de las maniquíes, saludable, alejado de la extrema delgadez que se
había apoderado del mundo de la moda y que, según los expertos, tanto daño hace a
las adolescentes y a la sociedad en general. La medida se importó a otras pasarelas
internacionales como la de Londres o París, aunque con criterios distintos. España
levantaba la cabeza orgullosa de ser pionera en emprender la lucha contra la
anorexia.
Con estos antecedentes no se entiende lo ocurrido esta semana en la sede del
Parlamento Europeo en Bruselas, hasta donde llegaron los responsables del
organismo Marca España para vender la imagen del país. Ocurrió en el espectáculo
Cook & Fashion: la maniquí que cerró el desfile estaba tan extremadamente delgada
que provocó gestos de desagrado entre los asistentes. No era un público
especializado en moda y quizás por eso llamó más la atención el aspecto escuálido
de la modelo que ponía punto final a un espectáculo de maridaje entre moda y
gastronomía española que Cook & Fashion organiza desde hace diez años y que, por
lo demás, fue recibido con entusiasmo por los pocos extranjeros presentes en el acto.
La modelo -O.G., de unos 25 años- se paseó entre el público con un vestido de novia
con los brazos y la espalda al aire, un diseño de Victorio y Lucchino que hacía
imposible no percatarse de su extrema delgadez. La suculenta tapa que llevaba en la
mano (un postre de peras de Rincón de Soto rellenas de queso de cabra con frutos
secos y pétalos de primavera) hacía más patente aún la fragilidad de su cuerpo. "No le
vendría mal comerse esa tapa...", comentaron varios presentes.
En conversación con este diario, a la directora del certamen, Lourdes Mariño, no hace
falta explicarle qué modelo de todas las que desfilaron el pasado miércoles en la
capital belga llamó la atención por su delgadez. "Sabía que esto iba a pasar", admite.
"No la escogí yo directamente, pero a los pocos días de viajar a Bruselas una de las
modelos se torció el tobillo y hubo que buscar una sustituta con muy poco margen de
actuación, porque el Parlamento Europeo necesitaba sus datos para el tema de las
acreditaciones. No es una justificación pero es lo que pasó", explica.
Mariño sostiene que ese tipo de cuerpos "no luce" los diseños y, asegura, no los
busca ni para los espectáculos de Cook & Fashion ni para otros desfiles. Varias de
las modelos que fueron a Bruselas, resalta, no habrían sido aceptadas en pasarelas
como Cibeles por todo lo contrario, por tener demasiadas curvas. Mariño evita
pronunciarse sobre si la modelo de la polémica habría pasado o no la prueba de
índice de masa corporal (IMC) que esta pasarela ha puesto como criterio para aceptar
modelos.
Desde el año 2006, los organizadores de esta pasarela exigen un índice de masa
corporal de 18, el mínimo que la Organización Mundial de la Salud considera como
"saludable". Esto implica que una modelo que mide 1,75 debe pesar, como mínimo, 56
kilogramos (el IMC se obtiene dividendo el peso corporal por la estatura al cuadrado);
es decir, modelos delgadas pero no extremadamente delgadas.
Fue el inicio de los tímidos paso que ha dado el mundo de la moda para dejar de lado
esa imagen frágil e insana que de la mujer se proyecta. Porque este sector sigue
defendiendo un modelo femenino muy alejado de las curvas. La extrema delgadez no
se ve como un problema. De hecho, la carrera de O.G. tiene gran proyección
internacional. De Bruselas se fue a China para participar en un desfile. Antes, ha
trabajado en Milán y Singapur.
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