Fiel a su dinámica de los últimos años, Apple ni defraudó ni sorprendió hoy en la presentación de sus nuevos teléfonos iPhone, nuevos en plural ya que a falta de uno desveló dos que reinventan el iPhone 5 lo suficiente como para seguir generando millones de dólares sin revolucionar el mercado.
La compañía que dirige Tim Cook enseñó por primera vez el iPhone 5S y el iPhone 5C que aportan más colorido y mejores cámaras al sector de los teléfonos inteligentes que parece haber alcanzado su fase de madurez donde el factor precio le ha comido terreno a la innovación.
El iPhone 5S, el más tecnológico, tiene las mismas dimensiones y peso que el iPhone 5, misma resolución de pantalla también, duración muy similar de la batería y mismo precio de salida, 199 dólares para el modelo de 16GB si se adquiere con un compromiso de dos años de contrato con el operador telefónico.
Su novedad más vistosa es el sensor de huella dactilar que sustituye al tradicional botón de inicio y que permite que el usuario desbloquee el teléfono sin necesidad de utilizar una contraseña. Una herramienta futurista con pocos usos más.
Ese sistema, llamado Touch ID, puede ser empleado para confirmar una compra en iTunes pero no está disponible para que los desarrolladores de software lo integren en las aplicaciones, según confirmó AllThingsD.
El iPhone 5S ofrece una cámara sensiblemente mejor que su predecesor, con opción de grabar vídeos en "slow motion", sacar fotos seguidas de forma automática y mayor estabilización, así como amplia conexión a redes LTE (4G).
Estas características que ayudarán a vender el dispositivo apenas amplían realmente las posibilidades del teléfono comparado con el iPhone 5. La principal actualización en ese sentido es su procesador A7 que hace que sea el doble de rápido en sus operaciones, lo que, por ejemplo, incrementa el uso potencial del aparato para juegos.
El iPhone 5S será el primero en la historia del dispositivo en salir a la venta en dorado.
Los inversores bursátiles recibieron el dispositivo con desencanto y castigaron las acciones de Apple que tocaron su fondo de cotización del día, una caída del 3,3% respecto al cierre del lunes, a la conclusión del acto celebrado este martes en la sede de la empresa en Cupertino, California.
El único momento en el que los títulos de Apple se negociaron en positivo durante el tiempo que duró la presentación fue cuando se dieron a conocer los detalles del iPhone 5C, un producto que podría describirse como un iPhone 5 con carcasa de plástico.
Wall Street pareció deducir que, con ese plan de hacer nuevo lo viejo, Apple hará un gran negocio, especialmente en China donde todo apunta a que el 5C será un éxito.
Básicamente, Apple decidió darle una segunda vida al modelo de teléfono que debutó hace un año, darle un toque estético al ofrecerlo en cinco colores como si fuera un iPod, y publicitarlo como un iPhone de gama media o económico.
Hasta ahora cada vez que salía un nuevo iPhone, Apple rebajaba el precio del modelo anterior para buscar seducir a los usuarios a los que uno de sus teléfonos inteligentes de última generación les resultan excesivamente caros.
En esta ocasión, Apple retirará de los estantes el iPhone 5 y lo reemplazará por el iPhone 5C que valdrá 99 dólares en su versión 16GB con dos años de contrato, 100 menos que el iPhone 5S.
Curiosamente, el iPhone 5C pesa más que el iPhone5 y costará 549 dólares si se adquiere liberado, una cantidad que resulta excesivamente alta como para etiquetarlo como "low cost".
En Twitter el dispositivo de plástico recibió pocas palabras bonitas por parte de los fans que echaron de menos al difunto Steve Jobs: "se estará revolcando en su tumba", decía un tuitero que resumía un sentimiento compartido en la red de que Apple había descuidado su imagen fabricando un producto así.
Los dos nuevos iPhone llegarán a las tiendas el 20 de septiembre y el 5C se podrá encargar desde este viernes, ambos con la séptima versión del sistema operativo iOs, que los actuales usuarios de Apple podrán descargar gratuitamente a partir del 18 de septiembre en sus iPhone 4 y 4S, iPad 2 y posteriores, iPad mini y último iPod Touch.
El iOS 7 supone un resideño del software y añade valor a los dispositivos antiguos con sus 200 mejoras, algo que el vicepresidente de Ingeniería de Apple Craig Federighi dijo que era "casi como conseguir un dispositivo nuevo".
EFE
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