Puede usarlo para comprar una cerveza en Berlín, pedir una pizza en Ámsterdam o hasta ir al espacio con Virgin Galactic.
Cada día, parece, otro servicio se une a la revolución Bitcoin, al aceptar el pago con la así llamada "moneda virtual".
Conforme crece su popularidad, lo hace su valor. El miércoles rompió la brecha de los US$1.000 por primera vez. Eso es casi cinco veces más de lo que valí
a a principios de mes. Y se debe a varias razones:
a a principios de mes. Y se debe a varias razones:
- Una avalancha de especuladores tras una audiencia en el Senado estadounidense sobre el tema;
- Los ciudadanos chinos que lo ven como una forma de sacar su riqueza del país;
- El público que compra una fracción de la moneda después de oír reportes de otros que hicieron lo mismo y vieron multiplicarse el valor de su inversión.
Si todo esto hace que Bitcoin parezca más un título que una moneda real, tal vez ésa sea su justa definición.
A diferencia de las monedas del "mundo real", no hay un banco central detrás del Bitcoin y cualquiera con una computadora lo suficientemente potente puede crear uno por medio de la técnica conocida como "minería", que se usa para procesar transacciones.
Entender exactamente cómo funciona el sistema de Bitcoin es sólo ligeramente más fácil que rastrear a su misterioso creador, Satoshi Nakamoto, pseudónimo del autor o autores del artículo que desencadenó su existencia.
Y, en verdad, el interés en Bitcoin puede ser mayor que su verdadero peso en la economía, con la posible excepción de la forma en que facilita intercambios ilegales.
Pero lo que lo hace importante es lo que representa en cuanto al papel de las monedas virtuales en los próximos años.
En este punto, sin embargo, hay una división entre quienes creen que es una fantasía destinada al fracaso y quienes creen que es el futuro de las finanzas.
La BBC invitó a un partidario y a un crítico a explicar el porqué de su posición.
Mike Hearn, desarrollador de Bitcoin Core
¿Que por qué tiene valor? En los últimos años me han debido preguntar eso cientos de veces. La primera vez que usé bitcoins fue en abril de 2009, unos pocos meses después de que aparecieran. Entonces no valían nada, no había usuarios ni intercambios y tampoco tasa de cambio.
Ahora está alcanzando valores máximos por una combinación de especulación en su valor futuro y una genuina e innegable utilidad.
Piénselo: ¿por qué le toma días o semanas a un banco mandar dinero al extranjero cuando un correo electrónico llega en segundos?
¿El dinero va en barco de vapor o qué? ¿Están cargando lingotes de oro a lomos de un camello para que atraviese las montañas de Mongolia?
Por supuesto que no. La respuesta es deprimente, el bancario es un mercado estancado que funciona sobre una infraestructura que hace tiempo está obsoleta y que mejora sólo cuando lo imponen los gobiernos.
Bitcoin ha levantado una tormenta de excitación a través del mundo porque es un sistema financiero nuevo, diseñado desde cero, por la gente y para la gente.
No sólo es rápido, barato y sencillo. En Bitcoin todo el que participa tiene el mismo poder. No hay banqueros porque no hay bancos. Y no hay bancos porque no son necesarios: la gente puede controlar su propio dinero.
Las reglas del sistema son impuestas por todos a todos. Ni los desarrolladores del software pueden interferir en contra de los deseos del usuario.
Con las mejoras tecnológicas, llegan nuevas características.
Internet funciona por publicidad porque las tarjetas de crédito son demasiado ineficientes para financiar la mayoría del contenido.
Bitcoin hace posible los micropagos. En lugar de anuncios, pequeñas fracciones de céntimos pueden ser transferidas desde el navegador hacia los sitios que visita, sin necesidad de hacer pagos a intermediarios que convertirían el sistema en algo no práctico.
El crowdfunding (la financiación colectiva) no tiene que estar necesariamente restringido a sitios como Kickstarter, con complejas políticas y cobros. La gente puede hacerlo por sí misma.
Incluso algo tan trivial como un niño que vende limonada puede convertirse en digital porque cualquiera con un teléfono inteligente puede aceptar bitcoins, sin necesidad de complicarse con cuentas bancarias.
Bitcoin apenas tiene cinco años. Tiene sus problemas: volatilidad y atractivo para los criminales. Pero con la ayuda de todos, el proyecto puede superar esos obstáculos y servir para cambiar el mundo. ¡A comerciar!
Stephen Kinselia, Universidad de Limerick, Irlanda
Bitcoin es un bonito ejemplo de lo que el psicoanalista David Tuckett llama "objeto fantástico" - algo irreal pero inmensamente atractivo.
La experiencia Bitcoin engloba nociones de moneda sin estado, intercambio de persona a persona y, por supuesto, ninguna regulación o intermediación financiera.
La historia original es inteligente y queda bien, y es lo suficientemente complicada de entender para inducir a una creencia en la estabilidad del suministro de bitcoins, lo que conduce a una necesidad de tenerlos ahora mejor que después.
El valor de Bitcoin depende completamente de lo que usted, el comprador, esté dispuesto a pagar. Si no hubiera usuarios, no tendría ningún valor.
Dado que no tiene valor de uso sino sólo de intercambio, Bitcoin puede tener -literalmente- cuaqluier precio, y por eso el mercado de esta moneda está permanentemente en una burbuja.
Esta burbuja se formará y explotará varias veces, creando y destruyendo fortunas en el camino.
Soy irlandés, así que sé perfectamente cómo son las burbujas sin sentido.
El fenómeno Bitcoin es la manifestación más pura de lo que Charles McKay describió en su libro de 1841 "Extraordinarias ilusiones populares y la locura de las multitudes".
En el nivel psicológico del inversor, no hay diferencia entre bitcoins, tulipanes, rieles de tren o las burbujas del mercado de valores de los años 20, los 90 o la mitad de los años 2000.
En este caso, muchas personas están decidiendo que una cadena de electrones tiene un valor, en oposición a nada, y quieren verdérsela a la siguiente persona lo antes posible.
Mientras le esté traspasando sus Bitcoins al siguiente y con un beneficio, estará contento.
Siempre hay alguien más tonto. Hasta que se llegue a un punto en el que no haya uno más.
Desde el punto de vista económico, Bitcoin no es nada especial.
Es un valor especulativo que las persones están comprando básicamente para pasárselo a otra persona.
Todo eso de la "moneda 2.0" es una cuestión de márketing y no es algo nuevo, ya se usó por ejemplo en Estados Unidos en la década de 1850 durante el período de la banca libre.
Como he dicho en todas partes, esta vez no es diferente, pero se puede tuitear sobre ello.
El hecho de que Bitcoin no esté regulado es un gran aliciente para algunos.
Tal como un promotor de Bitcoin me dijo recientemente, y él mismo lo hizo, puedes trasladar Bitcoins por valor de US$1 millón a través de una frontera en un dispositivo USB y no ser detectado.
Las autoridades no permitirán que esto siga siendo así por mucho tiempo. Los más grandes defensores de Bitcoin están al mismo tiempo guardando enormes cantidades de la moneda, así que estén alerta, compradores.
Mi colega Karl Whelan sugirió que Bitcoin simplemente puede ser eliminado por la competencia de otros servicios como LiteCoin, TerraCoin y AllahCoin, o ser regulado por gobiernos nacionales e internacionales si se relaciona con una amplia actividad criminal.
Los lectores que tengan Bitcoins estarán sacudiendo la cabeza al leer mis palabras, ¡el valor ha explotado en miles por ciento en un solo año!
A lo que respondo: exactamente.
Métase en Bitcoin o cualquier otra divisa digital si lo desea.
Espero que le haga rico. Pero no se engañe pensando que esto es algo más que un proceso especulativo para obtener dinero rápido.
Todo el contenido mesiánico desaparecerá una vez que el sistema colapse. Hay muchas cosas en la economía real en las que también se puede invertir.
La gran ventaja de Bitcoin como "dinero sin estado" es que cuando colapse, el gobierno no tendrá que rescatarlo.
BBC MUNDO
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