"No lo necesito", "prefiero desahogarme con un amigo" o "están más locos que uno" son algunos de los argumentos que suelen dar las personas cuando alguien les dice: "Necesitas ir a terapia". Porque, como afirma Daniela Tempesta en su blog, "buscar la ayuda de un profesional de la salud mental, sigue siendo un tema bastante estigmatizado".
Seamos realistas: las personas prefieren hablar sobre las visitas a su ginecólogo, su guía espiritual o incluso su ex, antes de reconocer que ven a un psiquiatra", sostiene la psicoterapeuta, quien agrega que aunque tiene clientes que se sienten orgullosos de estar en terapia, otros salen de su consulta profundamente avergonzados.
"Dicen que buscar mi ayuda los hace sentir avergonzados, indulgentes o débiles. Es como si necesitar terapia fuera una señal de su fracaso como seres humanos", revela.
Sin embargo, según la especialista -quien por más de 10 años ha trabajado con adolescentes y adultos en temas como baja autoestima, depresión, ansiedad y relaciones de pareja, entre otros- existe una gran verdad: todos, sin excepción, necesitan terapia.
"Ninguno de nosotros somos completamente racionales u objetivos. Hay algunas cosas que simplemente no podemos ver con nuestros propios ojos. Incluso cuando mejor nos conocemos, si las pasiones son fuertes, podemos comportarnos mal", asegura.
El problema, a juicio de Tempesta, es que las personas tienden a ver la terapia como el último recurso, algo reservado sólo para los momentos más oscuros. Por esto, para intentar convencer a quienes aún creen que "no lo necesitan", entrega las cinco razones por las que -según ella- todo el mundo debería asistir a una:
1. La terapia no es sólo para los "locos": de acuerdo con la especialista, creer esto sería como decir que el ejercicio y las dietas saludables son sólo para las personas con sobrepeso. Sin embargo, generalmente quienes asisten a los gimnasios son personas que se ven saludables. "Esto se debe a que si queremos estar en buena forma física, debemos cuidarnos de manera permanente (…) Nuestro bienestar emocional no es diferente (…) Si queremos estar saludables, debemos poner el mayor esfuerzo en la relación con nosotros mismos, tal como lo hacemos en la relación con nuestro cuerpo físico", sostiene.
2. Los amigos y familiares no son tan útiles como siempre se piensa: aunque Tempesta reconoce que son una buena "herramienta", no siempre son suficiente, y entrega tres razones. En primer lugar, no son expertos en salud mental, comunicación o relaciones. Luego, no son objetivos. Y, por último, pueden llegar a sentirse abrumados por asuntos que están fuera del alcance de su capacidad.
3. Salir de la zona de comodidad es bueno: pensar en revelar a un extraño los pensamientos más profundos, los temores o los deseos, por lo general no parece ser una idea muy agradable. Sin embargo, según la psicoterapeuta, estudios han demostrado que eso es precisamente lo que ayuda a las personas a conectarse con su vida. "De esta manera, si ir a terapia te parece incómodo o riesgoso, es una señal de que es algo que probablemente podría servirte", señala.
4. La comunicación es difícil, realmente difícil: la terapia -afirma la especialista- ayuda a mejorar la capacidad de comunicación con quienes son importantes: amigos, familiares, jefes, empleados, etc. "Les enseño a mis clientes a expresarse de una manera que honre su propia voz y deseos, pero que no ataque o dañe a otros", explica.
5. Has intentado otras estrategias y sientes que no avanzas:quizás has recurrido a libros de auto-ayuda, has asistido a coaching, has cambiado tu alimentación o has comenzado a practicar disciplinas como el yoga, pero sigues donde empezaste. Por esto, probablemente es hora de que pruebes con algo totalmente diferente que te permita expresar tus sentimientos, entender tus patrones de conducta y pensamiento, mirar las cosas desde otra perspectiva, etc. "La terapia ayuda a las personas a eliminar los obstáculos que le han impedido el logro de sus metas en el pasado", apunta Tempesta.
GDA
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