Los estrenos más importantes del año siguen teniendo lugar en Los Ángeles y los premios por excelencia de la industria cinematográfica -los Oscar- todavía se celebran en la ciudad californiana, en cuyas colinas las estrellas del celuloide continúan disfrutando de sus mansiones.
Pese a ello, no sólo de glamour vive el hombre, y a la que durante más de un siglo ha sido considerada la meca del cine, la competencia le está pasando factura.
En los últimos meses varios informes han alertado de un problema que se conoce desde hace tiempo, pero que parece estar agravándose sin que las autoridades acaben de encontrarle una solución: la mayoría de los rodajes de películas con grandes presupuestos ya no se realizan en el sur de California y, debido ello, Hollywood está perdiendo su estatus de capital mundial del cine.
Según un estudio elaborado recientemente por la organización FilmLA, encargada de gestionar los rodajes en Los Ángeles, tan sólo dos de las 25 películas con mayor presupuesto estrenadas en 2013 -que tuvieron un costo combinado de más de US$3.500 millones- fueron rodadas en California.
Ello supone una reducción de 56% con respecto a las cifras registradas hace 15 años, cuando 16 de los 25 filmes con mayor presupuesto del año se produjeron en este estado.
El informe de FilmLA -para el que se analizaron los datos de las 108 producciones más caras de 2013- también señala que, si se eliminan del cómputo las películas de animación, California, con 11 películas, se sitúa en cuarto puesto en el ranking de lugares con más rodajes, por detrás de Luisiana (18), Canadá (15) y Reino Unido (12).
Incentivos
Los motivos de que la industria cinematográfica esté abandonando California son bien conocidos.
Otros estados como Luisiana o Georgia y naciones extranjeras como Canadá o Reino Unido están ofreciendo atractivos incentivos fiscales -que en algunos casos superan el 30% del coste total de la producción- para atraer los rodajes a su territorio.
California también tiene su propio sistema de exención de impuestos que, con un presupuesto anual de US$100 millones, ofrece recortes impositivos de hasta un 25% para filmes y series que requieran una inversión inferior a US$75 millones.
¿Es eso suficiente? Parece que no a la vista de, por ejemplo, los más de US$400 millones en incentivos que ofreció el pasado año el estado de Nueva York.
La pérdida de competitividad de California está teniendo serias consecuencias para la centenaria industria del entretenimiento del estado, como demuestra un informe publicado en febrero por Instituto Milken.
Según el estudio, California perdió 16.137 empleos (alrededor de un 11% del total) en el campo del cine y la televisión entre 2004 y 2012.
Durante ese mismo periodo, Nueva York vio como su industria del entretenimiento creaba más de 10.000 puestos de trabajo, mientras que Texas, Nuevo México y Luisiana lograron cada uno 1.600 empleos nuevos en ese sector.
La reducción en el número de puestos de trabajo disponibles en el campo del cine está haciendo que muchos profesionales se vean obligados a emigrar a otros estados.
Al mismo tiempo, los negocios que dependen de los rodajes de películas -como los servicios de catering o las tiendas de suministro de equipos- también están sufriendo las consecuencias.
"Situación preocupante"
"No hay duda de que California está perdiendo terreno en el campo de la producción cinematográfica y eso es preocupante", asegura Adrian McDonald, investigador de FilmLA, responsable del informe de la organización sobre los rodajes de grandes producciones.
"Eso es devastador para una ciudad como Los Ángeles. Hay sectores relacionados con el cine en los que el desempleo está por encima de 30%. Los trabajadores se ven obligados a irse de la ciudad y a viajar por todo el país, dejando a sus familias aquí", señala McDonald en conversación con BBC Mundo.
"La industria está diezmada. Aunque se sigan produciendo películas independientes, las cintas con un presupuesto superior a los US$5-10 millones ya no se ruedan aquí. Las producciones que dan trabajo son las que tienen grandes presupuestos y que pueden llegar a dar empleo a miles de personas".
McDonald, como otros profesionales del cine consultados por BBC Mundo, considera que si quiere revertir esta situación, California tendrá que aplicar un programa de incentivos fiscales más agresivo y eliminar el tope que no permite que las producciones con un presupuesto superior a los US$75 millones puedan beneficiarse de los recortes de impuestos.
"Es fundamental resolver este problema porque están en juego miles de puestos de trabajo y cientos de compañías que trabajan directa o indirectamente para la industria del cine", señala el investigador de FilmLA.
Aaron Couch, editor de la revista The Hollywood Reporter, cree que a las autoridades les preocupa lo que está sucediendo y están dispuestas a tomar medidas, aunque considera que la falta de comprensión por parte de la legislatura estatal de California es un problema.
"Los políticos que no son de Los Ángeles son un poco escépticos hacia los incentivos fiscales y no entienden por qué se ha de subsidiar una industria que solo favorece al sur del estado", apunta Couch en conversación con BBC Mundo.
"Entorno duro"
Richard Verrier, periodista del diario Los Angeles Times especializado en la industria del cine, está de acuerdo en que los legisladores de Sacramento son a los que en este momento se ha de convencer para ampliar los recortes de impuestos.
Según le dijo Verrier a BBC Mundo, para el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, "es una prioridad" hacer que las grandes producciones regresen a California, como demuestra el hecho de que hace unos meses creara el puesto de "zar del cine", que ahora ocupa Ken Ziffren y que tiene como tarea establecer estrategias para incentivar la producción en el campo audiovisual.
"La fuga de producciones ha tenido un impacto muy severo que se ha dejado sentir en toda la industria. Ha sido especialmente complicado para aquellos que trabajan detrás de la cámara y que han visto como muchos empleos se han ido de California a sitios como Luisiana o Reino Unido", señala Verrier.
"Es un entorno bastante duro y eso se nota el estado de ánimo de los que trabajan en la profesión".
Verrier advierte que, aunque la situación no es tan grave como en el caso del cine, la fuga de rodajes también está afectando a la industria de la televisión, como demuestra "la reducción dramática en el número de series de ficción que se filman aquí".
El lado positivo de toda esta situación, según el periodista, es que California cuenta desde hace décadas con grandes infraestructuras para los rodajes, al tiempo que la gente creativa sigue viniendo a Los Ángeles y los estudios todavía están presentes en la ciudad.
¿Hay peligro de que los grandes estrenos, los Oscar y las estrellas del celuloide también abandonen la ciudad? Ciertamente no, pero tampoco está claro si serán suficientes para que Hollywood siga siendo considerada la capital mundial del cine.
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