Eran mujeres jóvenes. No todas primerizas, pero lo que tienen en común es que entraron en cuadros depresivos abismantes que las llevaron a unas a poner término a sus vidas y a otras, a dar muerte a sus propios hijos.
¿Es tan grave la depresión post-parto? Si no lo creías. Ahora con estas espeluznantes historias el tema ha salido a la luz. Pasa más de lo que uno espera. Los casos se dieron a conocer este año.
Son cuatro inglesas que han dejado al país sin habla. Es que resulta casi imposible pensar que el momento más especial y esperado por una mujer sea sinónimo de rabias, penas, frustraciones y túneles sin salida, donde la única alternativa que se maneja es la muerte.
Natasha Sultan de 21 años fue una de ellas. No se suicidó sino que fracturó el cráneo de su hija de seis semanas de edad, Amelia-Lilly.
“Estaba en una vorágine de fatiga y trastorno mental. No podía dormir”, declaró. El hecho ocurrió en octubre del año pasado, pero a principios de este mes se conoció el veredicto del juez.
Aceptaron su declaración de culpabilidad e infanticidio, y fue sentenciada solo con una orden de supervisión por 3 años. El juez prefirió ese castigo, en vez de llevarla a la cárcel por un periodo corto o darle cadena perpetua.
“Eres una mujer que tendrá que vivir con esto el resto de tu vida, mataste a tu hija y esa es una carga que no será disuelta”, dijo el magistrado liberándola de la cárcel. Sin embargo, estableció, que si alguna vez tiene otros hijos, el Departamento de Servicios Sociales estará encima y es probable que no se permita tener más hijos.
“La primera vez que la alimentó hubo una repentina explosión de la violencia, ella estaba perturbada”, confesó el padre en el juicio que fue publicado en el Hull Daily Mail. Pero él no hizo nada y se fue a dormir.
Natasha Sultan había acudido a un psiquiatra y le diagnosticaron una forma moderada de depresión, le recetaron antidepresivos pero ella no se tomó la dosis completa.
Según explicó el juez Richardson, la mamá se sintió avergonzada por no ser fuerte ni ser la madre que todos esperaban. De todas maneras, la misericordiosa sentencia prohibió a la joven participar en actividades con niños y la incapacitó para cualquier trabajo con pequeños. La joven salió de la corte llorando y fue consolada por sus familiares.
Esposos destrozados
¿Habrá algo peor en la vida que volver a casa y encontrar a la madre de tus hijos muerta? Quizás nada. La situación la vivió el sargento Robert Kopicki que tras volver de Afganistán, descubrió a su novia Linzi Mannion, de 29 años, ahorcada.
Ella también sufría de depresión post natal y tomaba remedios. Su segunda hija había nacido el 24 de abril y decidió suicidarse la noche antes que el valiente soldado del Primer Batallón de Guardias Escoceses, regresara al país.
De acuerdo a lo que publican en The Mirror el caso es raro, pero los resultados de la investigación post-mortem, que se dieron a conocer esta semana, dan cuenta de un suicidio y mostraron una elevada alcoholemia.
La noche anterior la pasó con sus amigos en casa, bebiendo vino y decorado la casa para cuando llegara el novio. Ninguno de sus amigos sospecharon de sus ideas. Ni menos su novio, con quien intercambió mensajes de textos y llamó cuando estaba con todos sus amigos en su casa.
Es que se iban a casar pronto y Linzi había dicho que estaba feliz e ilusionada con su nuevo hogar. Por lo que se concluye en las indagaciones el alcohol y su depresión la llevaron a acabar, en un alto impulsivo, con su vida.
Otro que caso que impactó fue el de una mujer de 37 años. Estuvo desaparecida por dos semanas, pero su cuerpo fue encontrado hace pocos días.
Elizabeth Kinston tampoco pudo más. Tenía una pequeña de 3 años y la última había nacido en enero pasado. Estaba con depresión post parto. Visitó a su médico de cabecera por problemas de ansiedad pero nunca más volvió.
Vivía en el centro de Nottingham. El trágico día de su muerte estacionó su auto, dejó su cartera con el teléfono, billetera y desapareció. Su esposo David está destrozado, dijo que era una madre devota e iban a celebrar pronto el cuarto año de su matrimonio. Era su alma gemela.
“Ella fue al médico porque no dormía y estaba ansiosa. Habíamos tenido una discusión, pero también se había peleado con su familia, y pensamos que debería ir a buscar consejo”, declaró al portal One News Page. Demasiado tarde.
Se lanzó al tren
Emma Cadywould se suicidó en las vías del tren después de arrastrar la enfermedad por seis meses y tomando fuertes antidepresivos. Su hijo, Harrison la noche anterior la colmó. Despertó 20 veces en la noche. Ella no lo soportó.
Se dice que es uno de los “peores casos de depresión post-natal”. Cadywould era esposa de un comandante del ejército y decidió quitarse la vida en una vía férrea que une Londres con el pueblo de South Marston. El conductor no la vio, dijo que el sol lo había cegado parcialmente y pensó que había golpeado a un ciervo y continuó su viaje hasta la próxima estación de Swindon.
El esposo entre lágrimas, alegó a la audiencia que investigó el caso, que él y su esposa habían sido “expulsados rápidamente” del Hospital Great Western de Swindon después del nacimiento de Harrison.
“Nos fuimos después de cuatro horas. Todo el proceso fue una gran sorpresa. Nos fue difícil que Harrison entrara en un rutina, pedía alimento todo el día y toda la noche. No había ninguna rutina. Era un bebé muy inquieto. Se despertaba de 10 a 20 veces en la noche y a veces, solo con 20 minutos de descanso”, contó al Daily Mail.
Sin poder dormir ni descansar Emma comenzó a colapsar. Se turnaron para cuidar al bebé. El comenzó a estar tiempo completo y Emma se fue a vivir con sus padres, pero él también llegó a su tope.
El caso, sucedió el 2011 y recién en septiembre pasado se conocieron los resultados de la investigación policial que confirmó el suicidio. Su caso sigue impactando, según informan en la prensa británica.
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