Un hospital de Carolina del Norte tomó la importante decisión de permitir la entrada de un can durante una operación que salvaría la vida de una niña.
El pequeño terrier de nombre JJ, está capacitado para detectar los ataques que pueda tener su dueña.
Doctores del Duke University Medical Center, indicaron que el perro sirvió como un monitor adicional durante la operación.
Cuando JJ da vueltas en el suelo indica una reacción baja, pero cuando empieza a ladrar indica que la situación se complica.
Kaelyn Krawczyk tiene una enfermedad poco frecuente llamadamastocitosis que causa síntomas similares a las alergias peligrosas como: urticaria, hinchazón, náuseas y dificultad para respirar. Y estas pueden ocurrir sin previo aviso.
Afortunadamente todo resultó bien y el perro solo esperó echado en el suelo a que la operación de su dueña terminara.
Michelle, la madre de Kaelyn, besa a JJ terminada la operación agradeciéndole por su gran ayuda y por facilitarle la vida a la pequeña.
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