La historia de Beatriz y Fernando es quizá la historia de amor con la que la mayoría de personas enamoradas sueñan: estar junto a sus amados hasta el final de sus días. Este matrimonio valenciano (España) permaneció unido toda su vida, literalmente.
La llama de la vida se les apagó a la misma hora a esta pareja, en la misma habitación y con un pequeño margen de unos minutos entre uno y otro. Beatriz, de 89 años, y Fernando, de 98, estuvieron casados 54 años y nunca se separaron, ni en sus últimos momentos. Una neumonía les obligó a ingresar en el hospital de Porta-Coeli (Valencia, España).
Según publica este martes el diario 'levante-emv.com', Beatriz, la hija del matrimonio relató la sobrecogedora historia de amor que parece sacada del guión de una película. Sus padres se conocieron en los años 50 en la ciudad de Valencia, de donde era oriundo Fernando, el padre de familia, 9 años mayor que Beatriz, su mujer, originaria de Ciudad Real, de donde tuvo que emigrar con 14 años para buscarse la vida.
La dura experiencia que paso Beatriz al dejar su ciudad natal "la convirtió en una mujer fuerte, ya que por aquel entonces la vida para ellas era mucho más dificil", asegura su hija. Y continúa hablando de Fernando, "mi padre creció en un ambiente humilde, pero con esfuerzo a lo largo de los años llegó a fundar una empresa de construcción que llevaba su nombre".
"Siempre decía que estaba sordo por suerte, ya que sus compañeros de pelotón habían muerto", relata Beatriz sobre la participación de su padre en la Guerra Civil española donde perdió buena parte de oído. Pero los orígenes humildes de su padre no le privaron de convertirse en un hombre culto: "había leído más de mil libros, y todavía en el hospital me seguía contando uno", comenta la hija del matrimonio.
Beatriz (madre) fue ama de casa y se dedicó a cuidar de su familia, "era una mujer fuerte, muy divertida y ácida. No era la típica abuela, podías hablar con ella de política y de religión abiertamente, con unas ideas muy claras", recuerda su hija.
"No quiero quedarme sola"
Una de las cosas que le decía siempre su madre a Beatriz era que "quería morirse antes que mi padre porque había sido su apoyo, su pilar toda su vida y creía que no podría vivir sin él", cosa que en cierta manera ocurrió.
En la madrugada del domingo al lunes de la semana pasada, Beatriz (hija) llevó a su padre al hospital porque se había quedado en el suelo, tras una caída y con la mirada perdida. Una ambulancia les trasladó al hospital Arnau de Vilanova para que le hicieran las pertinentes pruebas a Fernando, mientras su mujer, aturdida también por las circunstancias tuvo que ser atendida. Los dos fueron ingresados por neumonía, y además, Fernando había sufrido un ictus. Pero los diagnósticos dieron un vuelco y pese a que el padre comenzó a notar mejoría, Beatriz, su mujer fue empeorando poco a poco.
Fernando fue trasladado al hospital Porta-Coeli para poder ser atendido de una forma más completa mientars Beatriz, su hija tuvo que ir repartiendo los ciudados entre los dos hospitales. La situación de su madre "no tenía vuelta atrás" según los médicos y a final la dejaron marcharse a casa. No quería morir en un hospital y estaba nerviosa por encontrarse lejos de su marido. Ya en casa, la madre, de 89 años, acudió a ver a su esposo ya que los nervios y la ansiedad no le permitieron seguir separada de Fernando.
Se fueron a la vez
Beatriz y sus padres estuvieron todo el sábado juntos en el hospital.
Pasaron la noche cogidos de la mano hasta que la hija de ambos notó que su madre se quedaba fría y sin pulso, y cuando fue a ver a su padre para decírselo le había ocurrido lo mismo.
El médico certificó la muerte de ambos a las tres de la madrugada, ya que cuando Beatriz llamó a los sanitarios ya nada pudieron hacer por ellos. "Ambos murieron con minutos de diferencia pero mi padre estaba más frío, con lo que falleció un poco antes".
La hija de ambos aclaró que "los dos preguntaban constantemente como se encontraba el otro, no pensaban en su propio estado, sólo en el de su pareja", finalizó.
Según publica este martes el diario 'levante-emv.com', Beatriz, la hija del matrimonio relató la sobrecogedora historia de amor que parece sacada del guión de una película. Sus padres se conocieron en los años 50 en la ciudad de Valencia, de donde era oriundo Fernando, el padre de familia, 9 años mayor que Beatriz, su mujer, originaria de Ciudad Real, de donde tuvo que emigrar con 14 años para buscarse la vida.
La dura experiencia que paso Beatriz al dejar su ciudad natal "la convirtió en una mujer fuerte, ya que por aquel entonces la vida para ellas era mucho más dificil", asegura su hija. Y continúa hablando de Fernando, "mi padre creció en un ambiente humilde, pero con esfuerzo a lo largo de los años llegó a fundar una empresa de construcción que llevaba su nombre".
"Siempre decía que estaba sordo por suerte, ya que sus compañeros de pelotón habían muerto", relata Beatriz sobre la participación de su padre en la Guerra Civil española donde perdió buena parte de oído. Pero los orígenes humildes de su padre no le privaron de convertirse en un hombre culto: "había leído más de mil libros, y todavía en el hospital me seguía contando uno", comenta la hija del matrimonio.
Beatriz (madre) fue ama de casa y se dedicó a cuidar de su familia, "era una mujer fuerte, muy divertida y ácida. No era la típica abuela, podías hablar con ella de política y de religión abiertamente, con unas ideas muy claras", recuerda su hija.
"No quiero quedarme sola"
Una de las cosas que le decía siempre su madre a Beatriz era que "quería morirse antes que mi padre porque había sido su apoyo, su pilar toda su vida y creía que no podría vivir sin él", cosa que en cierta manera ocurrió.
En la madrugada del domingo al lunes de la semana pasada, Beatriz (hija) llevó a su padre al hospital porque se había quedado en el suelo, tras una caída y con la mirada perdida. Una ambulancia les trasladó al hospital Arnau de Vilanova para que le hicieran las pertinentes pruebas a Fernando, mientras su mujer, aturdida también por las circunstancias tuvo que ser atendida. Los dos fueron ingresados por neumonía, y además, Fernando había sufrido un ictus. Pero los diagnósticos dieron un vuelco y pese a que el padre comenzó a notar mejoría, Beatriz, su mujer fue empeorando poco a poco.
Fernando fue trasladado al hospital Porta-Coeli para poder ser atendido de una forma más completa mientars Beatriz, su hija tuvo que ir repartiendo los ciudados entre los dos hospitales. La situación de su madre "no tenía vuelta atrás" según los médicos y a final la dejaron marcharse a casa. No quería morir en un hospital y estaba nerviosa por encontrarse lejos de su marido. Ya en casa, la madre, de 89 años, acudió a ver a su esposo ya que los nervios y la ansiedad no le permitieron seguir separada de Fernando.
Se fueron a la vez
Beatriz y sus padres estuvieron todo el sábado juntos en el hospital.
Pasaron la noche cogidos de la mano hasta que la hija de ambos notó que su madre se quedaba fría y sin pulso, y cuando fue a ver a su padre para decírselo le había ocurrido lo mismo.
El médico certificó la muerte de ambos a las tres de la madrugada, ya que cuando Beatriz llamó a los sanitarios ya nada pudieron hacer por ellos. "Ambos murieron con minutos de diferencia pero mi padre estaba más frío, con lo que falleció un poco antes".
La hija de ambos aclaró que "los dos preguntaban constantemente como se encontraba el otro, no pensaban en su propio estado, sólo en el de su pareja", finalizó.
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