"No cargues mucho al bebé, ponlo en el cargador, que se malcría, se te va a engreír". Esa solía ser la recomendación número uno para la crianza. Sin embargo, investigaciones recientes reportan que esta recomendación es contraproducente para el desarrollo de los niños. Los bebés que pasan más tiempo cargados y menos tiempo en cargadores, coches de bebés o asientos para automóviles (“car seats”), desarrollan mejor el cráneo, la espina dorsal y las caderas; además, sufren de menos infecciones de oído y menos síntomas de reflujo.
Debido al movimiento de la madre mientras carga al bebé al caminar o hacer los quehaceres del hogar, el bebé desarrolla mejor y más temprano las destrezas asociadas al sistema vestibular, como el tono muscular, el desarrollo motor y el balance. La posición vertical provee para que estén más alertas, por lo cual procesan más información sensorial como olores, tacto (contacto con la piel de su mamá), visual, propiocepción (al sentir la presión del cuerpo de su mamá contra su cuerpo) y las destrezas auditivas. Estas últimas son necesarias para el desarrollo del lenguaje, ya que escucha todo el tiempo la voz de quien los carga. Los bebés cargados tienen la oportunidad de practicar movimientos compensatorios que los ayudan a desarrollar la fuerza muscular y poder sostener la cabeza por sí mismos. La estimulación sensorial del bebé que no es cargado es mínima.
¿Cuál es el beneficio para les desarrollo del habla y del lenguaje?
Los beneficios son muchos: además del estímulo auditivo constante de la voz de quien lo cargue, también está el contacto visual frecuente y la oportunidad de los padres de responder al bebé, imitando los ruidos que produce, lo cual es el principio de la destreza de socialización. En cuanto al habla, los bebés cargados son generalmente lactados pos sus mamás y la lactancia materna es ideal para evitar problemas de articulación de los sonidos del habla por el ejercicio oral motor constante.
Hemos señalado los beneficios de cargar más a los bebés en términos de desarrollo sensorial, motor y del lenguaje, pero hay otro beneficio más importante todavía: cargar a los bebés no solo es bueno para el desarrollo del cerebro sino, también, para su desarrollo emocional. Ellos necesitan emocionalmente ser cargados por su mamá, sentirse en contacto físico con ella. Ese vínculo y seguridad que les provee la cercanía física de su mamá creará un niño más independiente, contrario a lo que se creía previamente. Por eso, los bebés que son cargados frecuentemente son más calmados y los episodios de llanto son menos frecuentes, menos intensos y de más breve duración.
Actualmente, como promedio, los infantes entre las tres semanas y los tres meses son cargados solo entre dos horas y media al día, lo cual es muy poco. La mayoría del tiempo los bebés están en cargadores, asientos de automóviles, coches o cunas, por lo cual tienen más contacto con objetos que con la piel de las personas. La Asociación Americana de Quiroprácticos advierte que los asientos de bebé deben usarse solamente mientras se está en el carro por seguridad, pero no deben ser usados como cargadores porque afectan el desarrollo de la espina dorsal y el cráneo.
¿Cuál es la mejor postura para cargar a los bebés?
Cargarlo con las rodillas flexionadas contra el pecho de mamá, apoyando sus nalguitas, es proveerle la postura que su cuerpo naturalmente asume para sentirse bien.
¿Cómo cargarlo y hacer el resto de las cosas de las casa?
Para darle libertad a los brazos de la mamá han surgido diversas alternativas económicas que consisten en su mayoría de un tipo de bolsa o paño grande que mantiene al bebé en la posición natural, pegado al pecho de su mamá, pero sin limitarle a ella el uso de las manos. No importa si se usan una de estas nuevas alternativas tan prácticas o si se carga en brazos, lo importante es que hay que sacar a los bebés de los cargadores y mantenerlos el más tiempo posible en el mejor lugar: cerca del corazón de mamá.
Nellie Torres de Carella
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