Cada nuevo ciclo de doce meses nos ofrece una oportunidad para cerrar capítulos, completar asuntos pendientes, descartar lo que ya no es útil en nuestras vidas y encaminarnos hacia renovadas metas que nos proporcionen bienestar, tanto físico como emocional.
Para encaminar el proceso de bienestar físico y emocional, debemos descartar algunos mitos que, por repetirlos tanto, nos hemos creído como verdades absolutas.
Mito 1: La sanación toma demasiado tiempo.
No existe mejor momento para emprender el camino hacia el bienestar que ahora mismo, mientras lees. En el instante en que nuestro cuerpo comienza a intercambiar información, ya sea con una mejor respiración, una sesión de carcajadas o eliminando una obstrucción, comenzamos a sentir regocijo, mejor ritmo interior y una sensación de totalidad. Esos sentimientos no tienen por qué esperar a mañana. El bienestar físico y emocional se manifiesta en el mismo momento es que liberamos energía bloqueada para que viaje por nuestro cuerpo.
Mito 2: Las enfermedades y sus síntomas son obstáculos inconvenientes que necesitan controlarse o eliminarse.
Cualquier síntoma es una señal que nos alerta de que nuestro cuerpo exige más atención y enfoque. Se trata de que saquemos un tiempo para concentrarnos no solo en lo que sentimos en un momento dado, sino en el camino y las decisiones que nos trajeron hasta aquí. Los síntomas son información, vibraciones y pulsaciones que cuentan la historia de nuestro cuerpo. Lo que en muchos momentos no queremos escuchar, sentir o ver.
Mito 3: Sanación significa que la enfermedad y sus síntomas desaparecen para siempre.
En una sociedad obsesionada con lograr la perfección, cualquier malestar es una incomodidad que nos recuerda, precisamente, que no somos perfectos, que vivimos entre luces y sombras que son las que componen nuestra existencia. Sanar, sentirse bien o enfrentar dificultades significa aceptar nuestra propia imperfección y crear un mapa que nos permita ver nuestras fortalezas para provocar cambios sostenidos.
Mito 4. Sanación significa sentirse mejor.
Para comenzar a experimentar bienestar –físico o emocional– tenemos que emprender un camino que no siempre es placentero, como, por ejemplo, enfrentar un trauma de la niñez, una tragedia oculta para los demás o decisiones que marcaron el resto de nuestro camino, por mencionar solo algunas. Si evitamos mirar cara a cara los pensamientos que también forman parte de nuestro conjunto de información, estamos engañándonos en cualquier proceso de “sanación” que emprendamos. Bienestar también es liberarse de lo que secretamente nos ha apretado el pecho sin que hayamos dado paso para liberarlo.
Mito 5. La sanación requiere cambios demasiado dramáticos en nuestras vidas.
Falso. La energía que nos compone, la información que representa nuestra historia, incluso el dolor o los síntomas de enfermedad e infelicidad solo esperan que le brindes la oportunidad de liberarse. No tenemos un camino lineal hacia el bienestar como si fuéramos de punto A hacia punto B. En la práctica de Sanación Reorganizacional (Reorganizational Healing, ROH) entendemos que somos un conjunto interactivo influenciado por muchos factores que afectan nuestra salud y bienestar. La habilidad para recibir, circular y distribuir la energía definitivamente nos impacta, tanto en lo físico como en lo emocional. Por ello, cualquier cambio que nuestro sistema nervioso perciba, por pequeño que parezca, libera energías que son utilizadas constructivamente por nuestro cuerpo para sanar y transformarnos.
Dr. José R. Salgado
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