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"Ningún hombre me había impactado como Christian Grey, y no entiendo por qué. ¿Porque es guapo? ¿Educado? ¿Rico? ¿Poderoso? No entiendo mi reacción irracional. Suspiro profundamente aliviada. ¿De qué diablos va esta historia?", esta es la primer impresión que la protagonista de Cincuenta sombras de Grey hace al conocer a quien sería después su amante incondicional, con quien experimentaría cosas que nunca habían ni pasado por su mente. Esta novela, escrito por Erika L. James, ha tenido un gran éxito a nivel mundial, con una repercusión que incluso sorprendió a la propia escritora. 

Pero más allá del éxito de esta trilogía, lo interesante es cómo está ayudando a las parejas. "La literatura erótica es un recurso más para incrementar la pasión en la pareja. Aunque debo aclarar que no siempre tiene éxito", asegura Juan Carlos Kusnetzoff, médico sexólogo clínico.
Según Kusnetzoff los libros como Cincuenta sombras de Grey se diferencian de claramente de la pornografía porque estimulan más la imaginación. "Particularmente en las mujeres", agrega. 
Aunque quienes suelen elegir textos de literatura erótica son las mujeres, el médico sexólogo asegura que lo ideal es que la pareja lo lea juntos, simultáneamente. "Esto aumenta el efecto", sostiene. 
Para tomar nota
"Creo que este tipo de lectura ayuda, muchas veces, a salir de la rutina, a imaginar situaciones o personajes que uno lee en las novelas y trasladarlos a la vida real. Más allá de lo que uno haga creo que la clave es imaginar y poder volar", señala Vanesa (39) una de las lectoras de la trilogía de James. Ella es abogada y está casada hace diez años pero aclara que a ese tiempo hay que adicionarle seis años de novia que pasó con su actual esposo. 
A la hora de sentarse a leer, para Vanesa la historia es fundamental. "Me gusta cuando las escenas están dentro de una trama. Cuando hay, en el texto, otros ingredientes como por ejemplo una historia romántica. Si el libro está despojado de otros elementos y es solo erotismo me aburre", destaca. 
Entre los beneficios que le produjo Cincuenta sombras de Grey a su pareja, Vanesa destaca que la ayudó a estar más predispuesta, a tener más ganas para los encuentros sexuales. "Además a mi marido le gusta que yo esté con ganas, también lo incentiva mucho. Aunque él no lee este tipo de libros yo le cuento partes en las cuales se describen situaciones eróticas y eso le gusta", resalta. 
Vanesa comenta que no le gustan las películas o literatura pornográfica. "La verdad es que el material pornográfico me aburre. En cambio, la bibliografía erótica es diferente porque las historias que te cuentan las creas en tu cabeza. Imaginas a los personajes físicamente y las situaciones en las que se encuentran", asegura. 
Otra lectora de Cincuenta sombras de Grey es Mariela (34), una docente que está casada hace siete años. Según ella esta saga de libros el aportó, fundamentalmente, nuevas ideas para realizar en su pareja. "Ideas que quizá nunca se me hubieran ocurrido. Asimismo, lo que me gusta es que cuenta una linda historia de amor. Una relación 'vainilla', como dice Christian Grey, protagonista del libro. Considero que es una historia interesante que te atrapa, porque si sólo se quedara en lo sexual el libro sería poco atractivo", sostiene. 
Mariela aclara que al comenzar a leer el primer libro de James sólo buscó entretenerse y agrega que su marido no lee este tipo de historias. Sobre las diferencias entre la literatura erótica y películas pornográficas Mariela asegura: "lo que encuentro más interesante en los libros es que te activa la imaginación. Además la historia te mantiene tan atrapada que no podes dejar de leer".  
Fernanda (43) es actuaria y está casada hace 17 años. Aunque aclara que si la pareja está bien no necesita de la literatura para mejorarse agrega que Cincuenta sombras de Grey incentiva los encuentros amorosos. "Soy muy romántica y elijo ese tipo de libros. Pero debo reconocer que con la trilogía de James aprendí nuevas cosas", confiesa con una sonrisa pícara. 
Aunque, al igual que los esposos de las otras entrevistadas, el marido de Fernanda tampoco lo leyó estas obras, ella aclara que se vio "beneficiado" con esta literatura. "Todo lo que aprendí en la trilogía lo hice con él, así que supongo que será más feliz", agrega. 
Según explica Kusnetzoff, la sexualidad humana, aunque es potencialmente un bien natural, implica hábitos, comportamientos, actitudes y, significados aprendidos, que tienen que ver con la historia personal de cada uno. La sexualidad puede, y debe, ser una fuente de placer. "Lamentablemente, cuando se presentan disfunciones se transforma en origen de conflictos, de intensas pesadumbres, de obstáculos en la comunicación, de profunda infelicidad. Ante cualquier disfunción, el incremento de excitación, como el que provoca este tipo de libros, siempre es bienvenido", resume el médico. 
Literatura erótica en la historia
Aunque muchas veces los escritos y la literatura erótica han sido censurados, los textos eróticos existen desde miles de años. Ya en el antiguo Egipto se redactaron tratados acerca del sexo, que en ocasiones eran meras recopilaciones de posturas sexuales, como por ejemplo en el papiro de Turín.
En la antigua Grecia, Aristóteles escribió la obra de teatro Lisístrata y en el 300 a.C. Sotades escribió sus poemas que fueron considerados obscenos y llegaron hasta llevarlo a la cárcel. Por ello durante un tiempo, incluso, se llamó a la literatura erótica como sotádica.
En la antigua Roma también se produjeron varias obras de este género literario, entre ellos se destacan los Priapeos o Priapeya, además de otras importantes obras de esta época como El arte de amar, de Ovidio, El Satiricón, de Petronio y El asno de oro, de Apuleyo.
En el siglo IV, apareció en la India el Kámasutra, el más famoso y universal de los manuales de sexualidad. Escrito por Mal-la Naga Vatsiaiana, se trata de un compendio de técnicas y consejos en las artes amatorias.

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