Cuando los integrantes de la familia Borges llegan a su hogar en Maringa, Brasil, son recibidos por sus adoradas y peculiares mascotas: siete tigres.
El brasileño Aryas Borges quedó encantado con sus mascotas desde que, hace 8 años, rescató a dos tigres que eran maltratados en un circo. El padre de tres jóvenes comenzó un santuario de animales exóticos improvisado en su hogar donde convive, además, con dos leones y un pequeño chihuahua, según ABC News.
Ni hablar de miedo, los inmensos felinos son añoñados como bebés. Comparten en la piscina, en la sala, en el cuarto, en la mesa del comedor y hasta en el carro. Les dan la comida en la boca y con biberones como si fueran gatitos recién nacidos.
Tanta es la confianza que tiene la familia en sus peculiares mascotas que no temen agarrarles el hocico y acariciarles sus afilados e intimidantes colmillos.
Y es que, Borges está seguro de que los animales responden al buen trato con amor.
“Nunca me preocupé por tener a mis hijas conviviendo con estos animales. Tienes que enseñarle a los animales amor y respeto, y ellos te lo devolverán”, afirma Borges en entrevista con Barcroft TV. “Nosotros entendemos que el trabajo que hacemos con los animales es una causa noble. Lo seguiremos haciendo, a menos que Dios no lo quiera”, añadió.
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