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Siempre pensamos en independizarnos, en tener nuestra propia casa y ser nosotras las que hagamos nuestras reglas. Pero ¿cómo saber si estamos preparadas?

Tomar la decisión de irnos a vivir solas no es algo que debamos tomar a la ligera, es un gran paso porque cuando seamos responsables de nuestra propia casa vamos a entender cosas que quizá ahora no comprendemos.
Ya tienes un trabajo seguro y fijo, un sueldo estable, ya no eres “la practicante”. Tu cuenta en el banco te respalda y además tienes ahorros. En tu casa ya no eres la niña a la que controlan, eres libre de hacer tu vida como mejor te parece (siempre con valores). Piensas que ya es hora de hacer tu propio camino pero aún tienes dudas. Para ayudarte aquí te ponemos preguntas que consideramos necesarias que respondas antes de dar este paso.
¿Estás dispuesta a cambiar tus prioridades? No se trata de dejar de hacer tu vida normal. Aún podrás darte gustos, viajar y salir los fines de semana, pero tus prioridades con el dinero van a cambiar. Lo primero que harás al recibir tu sueldo será pagar tu casa, la luz, agua, teléfono y comprar lo que necesitas para la semana (comida y víveres en general).
Ser responsable. En tu casa seguro es tu mamá o empleada la persona que se encarga de limpiar, cocinar, lavar la ropa y los platos sucios. Ahora vas a ser tú la que se encargue de todo esto, si ensucias algo lo vas limpiar tú. La cama ya no se la encargarás a tu hermana o mamá, ahora la que se encargará de mantener la casa oliendo a rosas eres tú y nadie más.
Decir no. Cuando recién te mudes (si lo haces) seguro tus amig@s te van a visitar, tal vez tu casa sea “el punto” para las reuniones y sí, al principio será divertido, pero todo tendrá un límite. Va llegar el momento en el que seguro propondrán tu hogar como el lugar perfecto para las fiestas y tu vas a tener que decir “NO” cuando te des cuenta que al día siguiente nadie te ayudará a limpiar y que dejan tu espacio hecho una desgracia.
Ser feliz sola. Muchas mujeres no tienen problemas con estar solas, saben que nacieron solas y así morirán, pero muchas otras realmente necesitan compañía para ser “felices”. Cuando vives con tu familia siempre escuchas a tu mamá, papá o hermanos, realmente nunca dejas de estar acompañada, pero cuando tomas la decisión de independizarte la cosa cambia. Ya no habrá nadie que esté contigo y esto puede ser bueno o malo según como lo tomes. Porque seguro habrá momentos en dónde estarás deprimida o triste y vas a necesitar compañía, pero vas a comprender que no hay nadie en el mundo que sea mejor que tú misma, es importante aprender a pasarla bien sin alguien más.

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